lunes, 14 de febrero de 2011

Ocio

  A veces se me olvida que el ocio es una prerrogativa de la clase media y  que solo es aceptable hasta cierta edad. Peor aún, debería recordar  que mi entorno espera que siempre este haciendo algo productivo, lucrativo y  rimbombante. Debe ser por eso que desarrollé ciertas manías. Siempre hacer algo aunque sea limpiar o barrer y claro, en la cultura católica de la culpa imperante en mi familia, el pensamiento obsesivo de  siempre buscar que hacer para evitar que me critiquen aunque sea con la mirada.
Curiosamente, esta foto la saqué en la facultad de humanidades, el cual es uno de los pocos lugares en que puedo procrastinar, claro no puedo decir sin culpa, pero es menos evidente. Se podría decir que pago una carísima mensualidad y me endeudo en 100 años solo para disfrutar de unos poco lapsos de ocio.

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